¿Amenaza Trump el modelo comercial del fútbol en EE.UU.?

26 jun 2025

Por Camila Ayala Espinosa

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En 2025, el fútbol internacional debía ser una fiesta en Estados Unidos con el Mundial de Clubes y la Copa Oro.

Sin embargo, la realidad en las gradas apunta a lo contrario.

El entusiasmo habitual de la comunidad latina —particularmente mexicana— que históricamente ha llenado estadios y dado sentido al negocio no es el mismo. Muestra señales de ausencia, apatía, y en muchos casos, un desánimo silencioso.

Si lees este artículo podrás responder las siguientes preguntas:

● ¿Por qué la comunidad latina ha sido clave en el negocio del fútbol en EE.UU.?

● ¿Cómo cambió el ambiente futbolero en EE.UU. tras el regreso de Trump?

● ¿Qué señales muestran que el fútbol en EE.UU. está perdiendo conexión latina?

Uno de los factores que explican este quiebre es el regreso de Donald Trump a la presidencia, acompañado de un discurso abiertamente anti migrante y políticas que impactan de forma directa a quienes solían hacer del fútbol una fiesta en Estados Unidos.

Lo que se perfilaba como una celebración rumbo al Mundial de 2026 enfrenta ahora un contexto enrarecido.

El mercado latino, el corazón del fútbol en los EE.UU.

No es exageración decir que el fútbol en Estados Unidos se juega en español.

Según el primer informe estadístico en su tipo, “The Future Is Fútbol”, publicado por NBCUniversal Telemundo Enterprises, los latinos que viven en los Estados Unidos son el principal mercado del fútbol.

Además, según la OMC, el público latino en EE.UU. representa uno de los mercados de mayor poder adquisitivo, con un gasto anual que supera el billón de dólares y crece a un ritmo superior al promedio nacional.

Para la FIFA, CONCACAF, FMF y varios clubes de fútbol en LATAM, este segmento no es un nicho, es el eje central de la estrategia.

La expectativa se ha visto golpeada por la realidad política

El Mundial de Clubes 2025 debutó con un nuevo formato, 32 equipos, una edición cada cuatro años y Estados Unidos como sede inaugural. Aunque la FIFA lo presentó como el siguiente gran producto global del fútbol, la respuesta del público ha sido menor a la esperada.

Parte del desinterés se explica por el bajo perfil de varios clubes participantes. A ello se suma un factor político, la comunidad latina —históricamente la base más sólida de asistencia en este tipo de torneos en territorio estadounidense— hoy enfrenta un clima adverso tras el regreso de Trump.

En las gradas se han visto los vacíos evidentes de la comunidad latina. Dos ejemplos que involucraron a equipos latinos lo ejemplifican:

  • River Plate vs Urawa en Seattle tuvo menos de 12,000 asistentes, en un estadio con capacidad de 69,000.

  • Pachuca vs Salzburg en Cincinnati recibió 5,282 personas, el estadio tiene aforo de 26,000.

Son dos casos significativos porque River es uno de los equipos con mayor arrastre entre las comunidades migrantes, y lo del Pachuca llama la atención al tratarse de un club mexicano.

“Ni siquiera los encuentros con mayor atractivo lograron colmar los estadios, lo que contrasta con las expectativas comerciales y con la afición latina históricamente volcada en este tipo de torneos. Hay un claro componente político”, comentó en entrevista con Playbook el académico del Tecnológico de Monterrey, Héctor Magaña.

Para el académico, estas jornadas del Mundial de Clubes coincidieron con un momento de alta tensión social, mientras se disputaban partidos, el presidente Donald Trump intensificó su política anti migrante, se registraron protestas en comunidades latinas, como en Los Ángeles y se reportaron nuevas rondas de detenciones por parte del ICE.

¿Y qué pasa en la Copa Oro?

Para Héctor Magaña, el desencanto con la Selección Mexicana ya era evidente antes de que comenzara la Copa Oro. Tras una racha de resultados irregulares y una falta de conexión con la afición, el interés venía a la baja.

Pero el regreso de Donald Trump a la presidencia —con su discurso anti migrante y sus políticas de persecución— terminó por enfriar aún más el ánimo.

De acuerdo con cifras oficiales de CONCACAF, los partidos de México en la fase de grupos registraron una caída del 20 % en asistencia respecto a la edición de 2023.

A partir de un análisis, Magaña precisa que: “Muchos aficionados mexicanos radicados en Estados Unidos, o que habrían viajado desde México optaron por no asistir a los estadios por temor a redadas y deportaciones.

Y esto claramente afecta el negocio de jugar constantemente en Estados Unidos que por años han construido CONCACAF, FMF, SUM y muchos clubes de la Liga MX.

La ausencia de público mexicano en juegos del Tri —algo impensable en ediciones anteriores— dejó vacíos notables en las tribunas. Incluso medios mexicanos calificaron esta situación como preocupante para el futuro del fútbol continental, finaliza Magaña.

La Opinión de Playbook

  • Seguramente esto no tendrá repercusiones rumbo al Mundial 2026. El negocio está en marcha, la maquinaria de la FIFA sigue su curso, y Estados Unidos seguirá siendo visto como una plaza rentable. Pero asumir que todo seguirá igual, sin atender los cambios en el entorno social y político, puede ser un error de cálculo.

  • La persecución a migrantes, las redadas, el miedo en comunidades latinas y un presidente que excluye no pasan desapercibidos en las gradas. Lo que antes era un negocio asegurado, hoy enfrenta grietas que obligan a las organizaciones futbolísticas a repensar sus estrategias.

  • El regreso de Trump ha puesto en jaque uno de los activos más valiosos para el fútbol en Estados Unidos: la fidelidad de la comunidad latina. La industria ya no puede asumir su presencia como garantizada. Ignorar este giro político podría comprometer, más temprano que tarde, la rentabilidad del espectáculo.